Obra

Indeleble

Serigrafía de tierra colorada sobre camisas de ao po’i y lienzo crudo.


Claudia Casarino … confronta camisas de algodón con imágenes serigráficas de plantas de yerba mate. Las camisas están confeccionadas con aopo’i, el tejido liviano de algodón que cruza la cultura textil del Paraguay desde tiempos precoloniales. Las camisas y las impresiones están manchadas, marcadas, con tierra colorada del Alto Paraná disuelta en agua. Una pintura indeleble. Los antiguos guaraníes decían que el rojo de esa tierra proviene de la sangre indígena derramada durante la violenta conquista de sus territorios. Pero aquel color también podría provenir, y esto sugiere Claudia, de la vertida por los mensú, los tareferos que, en la misma región, recogían las hojas de yerba mate en condiciones extremas de explotación. Condiciones propias de un régimen esclavista causante del estrago corporal y, a menudo, la muerte de los trabajadores.

La artista se basa en un caso expuesto por Rafael Barret en El dolor paraguayo. Los mensú no contaban con más bienes que sus propias camisas: la cuidaban tanto que, antes que destrozarlas, preferían a veces exponer sus espaldas y terminar de desgarrarlas, que igual serían rajadas por la carga descomunal que portaban. Las camisas de los mensú eran usadas del revés, de modo a cubrir el pecho y dejar descubierto el dorso. Las prendas expuestas por Claudia Casarino llevan rastros terrosos, sangrientos, de otras camisas que buscan sustituir la parte restada a la espalda. Que buscan revertir la tragedia del espinazo condenado.

El arte tiene la posibilidad de traer al presente un hecho infortunado de la memoria para enfrentarlo al porvenir y asignarle misiones nuevas; vuelve así sobre un momento nocturno ya acontecido para imaginar lo que pudo haber sucedido o lo que podría suceder si ese momento hubiese tenido otro signo. Esa dimensión de posibilidad del arte abre al deseo el espacio de la memoria y lo mantiene disponible para la acción política y el compromiso ético. Esta es la idea de “redención” del pasado en Benjamin que permite detectar potencias nuevas de creación en un tiempo ya acaecido. Casarino invoca la memoria buscando torcer el destino del dolor paraguayo, contrarrestar la maldición de la yerba mate. Sabe que el arte puede volver sobre el tiempo pasado y alterar imaginariamente sus cifras más oscuras, pero sabe también que cualquier acto de redención histórica no puede evitar el vestigio indeleble del trauma. Aun repuestas en su espaldar con la imagen de otras prendas y aun expuestas a miradas diferentes, las camisas conservan el estigma o la insignia de la tierra roja.


Ticio Escobar

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